El auge masivo del comercio electrónico en los últimos años y su explosión en la pandemia de COVID-19 trajeron aparejados nuevos desafíos para la logística y las empresas.
La perspectiva customer centric gana terreno en las estrategias que ponen en marcha las empresas a la hora de tomar cualquier decisión. ¿Qué desea el cliente? ¿Qué necesita? ¿Cómo? ¿Cuándo?
Todas estas inquietudes se resuelven con un solo término: el tiempo, el recurso más escaso de todos. El tiempo del cliente vale oro y lo hace saber. Cada día compra más y exige envíos más rápidos. Quiere todo y lo quiere ahora mismo.
Comprar alimentos, medicamentos, un dulce o vestimenta dejaron de ser salidas del hogar programadas para convertirse en deseos y necesidades a ser satisfechas instantáneamente, de la forma más cómoda posible.
Es el quick commerce, o q-commerce en su forma abreviada, la tendencia que se posiciona para sustentar estos nuevos hábitos de consumo.
Tal como lo define Inboundcycle, este innovador concepto trata de reducir la espera de los consumidores hasta tiempos nunca antes vistos, ofreciendo entregas muy rápidas sin perder de vista la excelencia.
En este sentido, Carlos Burgos, Country Operations Manager en JOKR, en un episodio del podcast Chazki Café, enfatizó que el quick commerce y la logística de última milla vienen a solucionar el problema de la falta de tiempo de los consumidores.
Lo que se propone el quick commerce es entregar los pedidos al consumidor en no más de 30 minutos. Muchas empresas llevan más allá este desafío para lograrlo en 10 minutos, manteniendo la calidad de la entrega.
Si bien parece utópico, hay empresas que ya están aplicando esta estrategia, en particular las apps de delivery de comida a domicilio y supermercados como JOKR, que realiza envíos en menos de 20 minutos.
El almacenamiento es clave para lograr un buen funcionamiento. Se sirve de bodegas, depósitos y sitios como dark stores o cloud stores en puntos neurálgicos de grandes ciudades.
El espacio y la ubicación se complementan, además, con una alta disponibilidad de productos para llegar a tener tasas óptimas de fulfillment (arriba del 85%). Procesos rutinarios de control de stock, abastecimiento constante y rotación de productos se hacen presentes en la cadena de trabajo del quick commerce.
Los recursos humanos que forman parte del proceso deben ser altamente capacitados en tareas de bodegaje y en los procesos de picking. Las empresas de logística de última milla adquieren protagonismo a la hora de entregar los paquetes de forma rápida y eficaz.
Siguiendo el pensamiento customer centric, los envíos deben adaptarse al cliente y por ello es necesario tener en cuenta el perfil del consumidor al que nos dirigimos, sus horarios de compra, comportamientos de consumo y ubicación geográfica para brindar un mejor servicio.
Un estudio de Statista afirma que un tercio del total de compradores digitales a nivel mundial ha utilizado servicios de quick commerce, oportunidad perfecta para replantear estrategias, adaptar el negocio y realizar las mejoras necesarias.
Como vemos (y constantemente experimentamos en nuestra vida cotidiana), el quick commerce llegó para quedarse y potenciar el eCommerce.
No cabe duda de que nuestros modos de consumir irán cambiando con el tiempo, y la logística junto con el comercio digital nos acompañarán para hacer realidad nuestros deseos de compra.
Para seguir enterándote de las novedades del mundo del eCommerce, la logística y la tecnología, visita nuestro espacio de conocimiento.